miércoles, setiembre 19, 2007

BATTLES - Reflejos de una batalla




Son originarios de New York y están liderados por un baterista. Sí, leíste bien, por un baterista, John Stanier - integró Helmet, The Mark Of Cain y Tomahawk- cuya mayor influencia proviene de Neil Peart (Rush), pero también ha tenido como ídolos a los bateristas John Bonham, Bill Bruford, Carl Palmer, entre otros, y a su vez Stanier lo ha sido para nuevas generaciones desde su paso por Helmet.

Resulta curioso y difícil de encontrar otros casos donde el sonido principal se centra en la batería. Así es Battles.
El grupo está conformado además por Ian Williams (guitarra, teclados), que integra además otras bandas como Don Caballero y Store and Stress; Tyondai Braxton (voz, teclados, guitarra), hijo del famoso saxofonista y clarinetista de jazz, Anthony Braxton; y se completa con Dave Konopka (guitarra, bajo) que formó parte de Lynx.
La banda se creó en el año 2003 y solamente tenían editados los EPs “B EP” y “EP C”, material íntegramente instrumental, hasta la recientemente salida al mercado de “Mirrored”. Con su nuevo disco intentan crear un nuevo género, que ellos denominan prog rock, algo que podríamos ubicar entre el pop, el rock experimental y la tecnología de las computadoras. Battles está a cargo de la mano extraordinaria de Stanier, el jefe luchador, que en ocasiones oficia de DJ profesional, estando al frente de este proyecto por demás interesante, innovador y de gran calidad.

Hasta ahora no habían recibido demasiada atención en la crítica y pasaban desapercibidos para el gran público, convirtiéndose en un grupo de culto para un pequeño círculo de personas. Sin embargo, con este excelente álbum logran un sonido preciso, desconcertante, y llamativo, que resulta atrapante en una primera escucha y los ha lanzado ya a las ligas mundiales.
Tienen la tecnología y la utilizan de maravilla, ya en el segundo tema, la pegadiza Atlas, de lo mejor del álbum, lo demuestran con computadoras portátiles, software, chips, programas y los vocales alienígenas de Braxton, el redoblante de Stanier, el teclado con dos notas, la guitarra con una y se van juntando en una canción robótica roquera. Cada instrumento en su pista pero a la vez mezclándose, las guitarras con sonidos de campanas tubulares y los teclados pasando a xilófonos. Son once temas que combinan música y estilos, con vocales o instrumentales, con electrónica y tecnología, con rock, R&B y glam, temas que deforman y crean.

No sé hacia donde se dirigen, pero con propuestas de este estilo seguramente lleguen muy lejos. Estamos frente a unos locos, como los fueron Zappa o Captain Beefheart, alquimistas de sonidos. Tienen energía, humor e inteligencia para aprovechar la tecnología en la creación de su música. Traen sus experiencias personales de las distintas bandas en las que han participado para conjugar un producto artístico emocionante y vanguardista, solo basta escuchar algunos de los temas como el funky con un bajo bien marcado en Tonto, la muy buena y bailable TIJ, o la más experimental de todas, Rainbow, finalizando con Race:Out esta fiesta sonora.
La paranoia y lo siniestro hacen de esta batalla un punto fundamental de partida para lo que podrá venir en el futuro y seguramente no serán reflejos.


Publicado originalmente en la revista 45 RPM

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