miércoles, febrero 13, 2008

OKKERVIL RIVER





La corriente de un río sonoro


Por esas cosas del destino llegó a mis manos el disco “The Stage Names”, de los desconocidos Okkervil River. Curioso que una banda lleve el nombre de un río; se me ocurrió pensar en posibles equivalentes aquí, digamos Río Santa Lucía o Río Cebollatí. Aunque el nombre es importante, al fin de cuentas lo que interesa es la música, y vaya que me sorprendió. Eso fue lo que me pegó de Okkervil River, su música.



Comencé a investigar un poco más sobre ellos, y me encontré con que provienen de Texas, feudo de los repugnantes Bush, papá y el nene presidente. Pero este Estado, a pesar de estos males, han dado muy buenos músicos: cabe recordar al gran Stevie Ray Vaughan en blues, como Blind Lemon Jefferson y Big Mama Thornton, ZZ Top, Roy Orbison, Buddy Holly, Butthole Surfers, Mars Volta y los grandes exponentes del country como Willie Nelson y Waylon Jennings. Y también recuerden que el número anterior lo dedicamos a la banda Spoon, también de Texas, más precisamente de Austin.
Los Okkervil River son un grupo donde sus miembros fundadores se conocieron en la secundaria en New Hampshire. Luego se trasladaron a Austin y crearon la banda en 1998. Will Sheff es el cantante, que además toca guitarra, piano, banjo y armónica, además de ser el letrista, compartiendo esta tarea en algunas oportunidades con el multi instrumentista Jonathan Meiburg, quién se unió a la banda tiempo después de comenzada. Los demás integrantes serían Zach Thomas (bajo, mandolina) y Seth Warren (batería).
El nombre de Okkervil River proviene de una historia de la autora rusa Tatiana Tolstaya: es un río verdadero, de las afueras de San Petersburgo. En sus primeras presentaciones costó que los anunciaran correctamente, en una oportunidad fue “Okkerut River” y poco tiempo atrás en un cartel luminoso decía “Occerville River”, pero ya estaban en camino, y lo harían bastante bien.

Para 1998 habían publicado su primer EP “The Bedroom”, y en el verano de 1999 su primer álbum, “Stars Too Small To Use”, con el ingeniero Jeff Hoskins.
El 3 de diciembre de 1999 se encontraban compartiendo escenario con la banda de Meiburg, Whu Gnu, en el bar de Austin el Waterloo Brewing Company. Éste los vio, quedó encantado, y pronto se integró Okkervil River, encargándose del piano, acordeón y órgano.
En marzo de 2000, con apenas un disco de siete canciones, fueron admitidos al SXSW Festival (South by Southwest Festival) donde tienen una muy buena actuación y llaman la atención de la prensa.
La banda se reúne para grabar, según ellos, su primer álbum “verdadero”, en el garage de Brian Beattie (ingeniero y productor) que con el título “Don´t Fall In Love with Everyone You See” que saldría en enero de 2002. Para ese entonces Mark Pedini había sustituido a Warren en batería. Les tomó un año y medio para salir a promocionarlo, más allá de que enviaron copias de difusión a varios programas radiales y sellos discográficos, sin gran resultado. Los únicos que demostraron algún interés fueron los del sello Jagjaguwar, con quienes firmaron contrato posteriormente.
Decidieron viajar a San Francisco, y junto a Warren, grabaron el tercer álbum “Down The River Of Golden Dreams”, que salió en setiembre de 2003, con la grabación a cargo del ingeniero Scott Solter.
Pedini duraría poco en la banda, retirándose a su pasión por el diseño gráfico, que demostraría realizando afiches y posters para la banda. Luego de un par de pruebas, finalmente eligieron a Travis Nelsen para hacerse cargo de la batería. Poco tiempo después ingresó también Howard Draper, como tecladista.
Un amigo de Sheff les consiguió fechas para realizar una gira por Estados Unidos e incluso los envió a Europa. A partir de ahí, y por un buen tiempo, la banda comenzó una buena racha de tocar seguido, la que sigue hasta nuestros días.
Luego grabaron el siguiente álbum, el muy buen “Black Sheep Boy”, nuevamente con Brian Beattie en los controles de grabación, y su lanzamiento fue en abril de 2005.
Zach Thomas grabaría la mitad del disco, y en la otra mitad Howard Draper se hizo cargo de bajo. Luego ingresaría a ocupar ese lugar Patrick Pestorius, conocido de ellos de Austin.
En la gira de promoción del disco agregaron a la banda a Scott Brackett, quien los había maravillado cuando lo vieron tocar vientos y teclados con su banda en ocasión de una actuación en la ciudad de Redding (su otro trabajo tal vez no los hubiera impresionado de la misma manera: era empleado de una funeraria…).
Para completar el rompecabezas, ingresó el profesor de guitarra Brian Cassidy, oriundo de Austin, que al principio participaba sólo en recitales. A raíz de su virtuosismo, fue invitado a ser la sexta pieza del grupo, que a esta altura tenía sólo a Will Sheff como miembro original.




El disco sucesor, “The Stage Names”, es un muy buen álbum. Supera a su antecesor, mejorando el sonido, con letras inteligentes, y temas que recorren el rock, pop y el folk. Fue grabado en Austin, nuevamente con la grabación y co-producción de Beattie, y fue mezclado por Jim Eno, baterista y miembro fundador de los Spoon (ver número anterior). El cambio también se nota en el diseño de tapa, a cargo del artista y fotógrafo William Schaff: pasaron al color, dejando los tonos oscuros de los álbumes anteriores.
La música tiene momentos sombríos y alegres, melodías dulces como la excelente y trabajada canción Our Life Is Not A Movie Or Maybe que abre álbum, con la destacada participación vocal de Sheff, o como contraste, la hermosa Savannah Smiles, sobre el fondo rítmico de un reloj; una suave y perfecta canción dedicada a la fallecida porno star Shannon Wilsey, conocida como Savannah. Mención especial a Unless It´s Kicks, punto fuerte y alto del disco, o A Girl In Port, con un piano marcando el tiempo, sumándose hacia el final los caños. La oscuridad está presente en TitleTrack, con unos increíbles arreglos, con momentos donde la voz es la protagonista y otros donde la banda recurre a todo su arsenal sonoro.



El 30 de abril pasado, a solicitud de Lou Reed, fan de la banda, abrieron el New York Highline Ballroom. El 14 de julio se presentaron en el Capitol Center For The Arts In Concord, en New Hampshire, primera vez que tocaron en vivo en la ciudad donde la banda se formó. Y recientemente, el 28 de agosto, aparecieron en el programa de la NBC “Late Night”, de Conan O’Brien, interpretando el tema Our Life Is Not A Movie Or Maybe.
Okkervil River es, pese a ser poco conocida en nuestro medio, una de las bandas alternativas del momento. Tiene un frontman como Will Sheff, a la vez uno de los compositores con más talento, y es muy destacable su búsqueda de recursos musicales diferentes a los acostumbrados en la escena indie.
Su música suena segura de sí misma, producto de una banda que sabe lo que quiere, y llega al oyente desde el principio. Las letras (por momentos filosóficas y poéticas), la sencillez de un piano o una guitarra o una batería bien tocados, hacen del álbum un producto artístico ambicioso, que invita a ser escuchado sin cansar ni aburrir.
Seguramente, a partir de este disco, su nombre y su música comenzarán a tener más presencia en los medios. Pero más allá de lo que lleguen a decir, lo importante es que aproveches la oportunidad de dejarte llevar por la corriente de las aguas frescas de este río.



Publicado originalmente en la revista digital 45 RPM

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