jueves, mayo 18, 2006

Robert, el diablo blusero


Cuenta la leyenda que vendió su alma al diablo, en un cruce de caminos (Crossroads) a la medianoche, y de esa manera obtener un incomparable talento musical. Este pacto le permitió tocar blues como nadie, es sin duda, el personaje más mítico de la historia del blues.



Que hermoso es escuchar a Robert Johnson, porque uno se transporta en el tiempo con ese fondo sonoro de fritado de un disco de pasta y de ahí surge no solo la guitarra y voz de Johnson sino también aromas y sensaciones. Vale la pena la experiencia, te imaginás en cada canción distintas situaciones, sin necesidad de entender lo que te dice, sólo con la guitarra sentís como que vas viajando en tren, que vas por caminos polvorientos dejando atrás historias de amor o borracheras o simplemente recostado a orillas de un arroyo.
Es muy poco lo que se sabe de Robert Johnson, y que ha ayudado notoriamente a su leyenda, pero si sabemos que es el más importante bluesman de Mississippi. Nació en 1911, según los registros el 8 de Mayo en Hazelhurst, en la zona sur del Delta. Su madre lo trasladó a Robinsonville, una ciudad al norte del estado, más o menos por 1920.
Desde muy temprana edad manifiesta su interés por la música y las mayores influencias las recibe de Son House y Willie Brown por 1930. En ese mismo año se casa y su mujer fallece al poco tiempo, lo que hace que se decida a tocar blues y viaja por Mississippi absorbiendo toda la música que podía, a veces acompañado por otros bluesmen, pero la mayor parte del tiempo en solitario. Por 1936 y 1937, se puede percibir no sólo la influencia de House y Brown, sino también de Skip James, Hambone Willie Newbern y Johnny Temple, como también de otros artistas que hubiera conocido personalmente en el Sur y de populares artistas que ya tenían grabaciones discográficas como Lonnie Johnson, Leroy Carr, entre otros.
Robert Johnson tenía una voz apasionada y por momentos afectada, un guitarrista prodigioso, le daba un sonido brillante a su guitarra, podía incorporar piezas percusivas y figuras de bajo, además del sonido de dúos de guitarra. Cuando Keith Richards lo oyó por primera vez, preguntó: ¿quién tocaba la segunda guitarra? había sólo una. Robert Johnson tenía manos grandes y dedos largos y dominaba como pocos la técnica del “slide”, demostraba un conocimiento musical que iba más allá de la edad y la época del artista. Hay quienes dicen que sólo Jimi Hendrix se le podría comparar como innovador de la guitarra.
Sus canciones tenían temáticas persistentes como la desesperación religiosa y los demonios interiores, algunos casos de temas son “Cross Road Blues”, “Preachin’ Blues”, “If I Had Possession Over Judgement Days” ó “Me And The Devil Blues”. Estos son algunos ejemplos de los rumores de que Johnson había hecho un pacto con el diablo a cambio de sus misteriosos poderes.

“Cuando el tren dejó la estación, tenía dos luces detrás: la luz azul era mi chica, la luz roja era mi alma”. (Love In Vain Blues)

Pero también en sus temas describía imágenes de degradación y sexualidad como en “Sweet Home Chicago”, “Ramblin’ On My Mind”, “Walkin’ Blues”, “I Believe I’ll Dust My Broom”, “Terraplane Blues” y “Travelling Riverside Blues”, muchos de estos temas los llevaron al conocimiento público bandas como los Rolling Stones, Led Zeppelin, Yardbirds, etc.
Tenía su lado romántico y tierno como “Little Queen Of Spades” ó “Love In Vain Blues”, era un compositor magnético, más de la mitad de sus temas son clásicos, dejo sólo 29 canciones grabadas y las realizó en tan sólo ocho meses en dos oportunidades, una en Noviembre de 1936 en tres días en una habitación de un hotel de San Antonio (Texas) y la otra en Junio de 1937 en un almacén de Dallas. Un músico creativo y genial, falleció muy joven a los 27 años cerca de Greenwood, Mississippi, se sabía que era muy mujeriego y murió envenenado por un hombre que creía que Johnson estaba seduciendo a su mujer.
Tenía programado un concierto en el Carnegie Hall para unos meses después, pero no pudo ser, Robert Johnson dejó un extraordinario legado musical e influyó a una gran cantidad de músicos de blues entre ellos a su hijastro Robert “Junior” Lockwwod, Johnny Shines, Eddie Taylor y a dos grandes del blues de Chicago, Muddy Waters y Elmore James.

Hasta la próxima canción... chau


Recomendado: cd Robert Johnson “The Complete Recordings” (Box set, Columbia/Legacy C2K 64916, 1990)
Más de cincuenta años después su muerte, esta reedición fue disco de oro y recibió el premio Grammy.

Algunas frases que dijeron otros famosos sobre Johnson:

“¿Tú quieres saber como puedes conseguir lo mejor del blues? Bien, este es él”. Keith Richards

Yo nunca he encontrado algo más profundamente espiritual que Robert Johnson”. Eric Clapton

“Él tenía semejante alma vieja para alguien tan joven”. Robert Cray

Él es el artista más importante del blues... todos los blues parecen dar vueltas alrededor de Robert Johnson”. Keb’ Mo’





jueves, mayo 04, 2006

DESTINO: ADUANA

Revolviendo algunos apuntes me encontré con este texto
“Destino: Aduana”
que escribí en un momento muy particular de mi vida
intentando expresar lo que sentía.
Seguramente muchas cosas que se mencionan aún siguen sucediendo,
espero en poco tiempo más, escribir algo mejor.

Dedico este "Destino:Aduana" a mi amigo Roberto Caetano (con quién soñé hace poco días), que elogió y gustó mucho del texto, sugiriendo que lo mandara como carta del mes a la revista Rolling Stone, creo que por ser un gran amigo exageraba de más.
Te extrañamos, seguirás en nuestro corazón…




DESTINO: ADUANA

desde la ventanilla del ómnibus voy mirando a la gente,
a nuestra gente con auras negras, oscuras, la ciudad
acompaña este triste paisaje de naturaleza muerta,
bajo los coros magistrales de la réquiem-lacrimosa,
que inunda tristeza a personajes de la calle, Amadeus
no responde a los desangelados salidos de las baldosas
desplumando malabarismo en cada semáforo de luz roja,
la única que se espera para sobrevivir.
vivo en el país del no futuro como dijeran los sex pistols,
y cuando no hay futuro todos los créditos son negados,
un país de pocos, poco para muchos y mucho para tantos
sospechosos de siempre.
se huele la resignación y la incertidumbre, empapada en
cada abrigo humedecido de angustia, en cada zapato
roto que pisotea la bronca de matar el hambre en cada
tacho de basura, y a tus espaldas el dólar se libera,
alguien se dispara mientras otros dispararon, y tu sacrificio de
felicidad acorralada, dónde están los sueños, aquellos simples
sueños de vivir en paz.
los rostros se cruzan con sentimientos encontrados,
labios retorcidos a punto de maldecir cada sueño robado,
los bolsillos agujereados de tanto rascar la picazón de
cada impuesto que se le ocurre subir y subir por esa
escalera que nos lleva al infierno, algunos cerebros del
uruguay for export deciden irse al cielo de otros suelos
buscando otros sueldos, otro porvenir... no te olvides del
pago, no te olvides de mamá y papá...
la guitarra negra está llorando su milonga desocupada,
buscando al hombre nuevo olvidado que estará por venir,
sin marketing ni establishment de la globalización, héroes
de la nada en tiempos de crisis, nuestro tiempo quedó
en el cofre-fort custodiado por un robocop sin ley en el
banco de la plaza libertad sin palomas ni jubilados,
rodeados de asentamientos de un circo mágico y misterioso,
con payasos de narices sucias y equilibristas hurgadores,
trabajadores sin trabajo, sacando números para una estadística
que no paga el seguro ni la salud, hombres pelados con pelo
que no tienen techo para cobijarse en la frazada familiar y apenas
una gorra de vivienda, estos gauchos observados por la mirada
oriental del bronce montado en un caballo sin nombre,
flecha que apunta a los corazones de los perdedores,
los marginados del nuevo siglo, a los soñadores de utopías.
oigo un grito: ¡Aduana!
¿destino?


23 de Agosto de 2002



Publicado en la Revista Digital de Rock "LadoB..." en el Nº22 del mes de Diciembre de 2002